Cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto.
- Mateo 6:17-18 (RVR)
Estoy agradecida por el tiempo de Cuaresma. ¿Por qué? Hace unos años, me encontré con algo que, con el tiempo, había perdido. Encontré a Jesucristo.
Un domingo antes del Miércoles de Ceniza, nuestro pastor nos desafió a buscar en oración cómo observar la Cuaresma. Él quería que este tiempo fuera algo personal. Nos explicó que la penitencia es practicada a menudo por medio del ayuno o la abnegación. Decidí negarme «mi tiempo» —de ver una película, jugar juegos de computadora o tomar una siesta después del desayuno. En su lugar, me dediqué a leer, estudiar, orar y meditar. Aprendí de nuevo los libros de la Biblia. Encontré versículos y enseñanzas que conocía, pero había olvidado.
Al principio, cuando entregué «mi tiempo», pensé que estaba haciendo un sacrificio. Pero por el contrario, me di cuenta que estaba sacrificando el conocimiento de la vida eterna. La Cuaresma es un tiempo para la reflexión en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. Mi sacrificio me permitió reconciliarme con Cristo. Desde entonces, estoy más cerca de él cada día.
Autor
Sra. Janet Pierce (Tennessee, EE. UU.)
Pensamiento para el día
¿Qué debo hacer para acercarme más a Cristo?
Oración
Dios, te alabamos por el don de tu hijo. Ayúdanos a encontrar la manera de acercarnos más a él todos los días. Amén.
Oremos
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