De forma parecida, las manchas que están en mi alma también pueden ser difíciles de tratar. ¿Cuántas veces ignoro mis transgresiones? Olvido las palabras crueles que dejé salir de mi boca o las disculpas demoradas. Tal vez herí mucho a alguien y simplemente oculto el incidente. En ocasiones mi pecado podría ser grave, casi imperdonable. En esos momentos, mi relación con Dios se ve afectada.
Pero hay esperanza. No importa cuáles sean nuestras faltas, tenemos confianza en que nuestro Dios es uno de inmensa gracia. La muerte de Jesús en la cruz nos ofrece la oportunidad de quedar limpios y ser perdonados; podemos comenzar otra vez una nueva vida sin manchas y una relación plena con nuestro Padre celestial.
Autor
Sra. Caryl Moll (Gauteng, Sudáfrica)
Pensamiento para el día
El sacrificio de Cristo me limpia y quita la mancha de mi pecado.Oración
Gracias, Dios misericordioso, porque podemos venir ante ti, confesar nuestros pecados y recibir el perdón. Gracias por la vida nueva y limpia que nos ofreces. Amén.Por Un Espíritu De Arrepentimiento
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